Natalia Ramírez
‘Las trampas del deseo’ (Predictably irrational), de Dan Ariely, uno de los libros por excelencia de la economía del comportamiento, tiene un capítulo que para estas fechas de pago de prima laboral resulta de gran utilidad para las finanzas personales: el problema de la procrastinación y el autocontrol.Este, escrito en un lenguaje simple y cercano, ofrece una reflexión sobre la tendencia irracional de los humanos a sacrificar los objetivos de largo plazo por la satisfacción inmediata. Es decir, en términos prácticos, el impulso por comprar con el dinero que se tenía destinado para algún proyecto como estudiar, comprar una casa o viajar.
Dicho inconveniente, de acuerdo con el autor, se resuelve anticipándose al escenario en el que se tiene que elegir entre el corto y el largo plazo – pues, cuando se llega a esta decisión, el deseo inmediato tiene las posibilidades de ganar -, de esta manera, la persona queda blindada de su propia irracionalidad.
De ahí que existan mecanismos como los descuentos programados del pago de nómina hacia fondos de ahorro voluntario, pagos automáticos en las deudas y obligaciones, y los topes de gasto mensual en las tarjetas de crédito; todos diseñados para vencer esa especie de saboteo que cada persona tiene consigo misma en sus planes por construir un futuro más próspero y organizado.
En este mes de junio, periodo en el que, según cálculos del Ministerio del Trabajo, más de seis millones de trabajadores en Colombia recibirán el pago de la prima; y se consignarán cerca de $5,2 billones, de acuerdo con estimaciones de Asofondos, vale la pena definir previamente el manejo que se le dará a esta prestación social, de manera que, cuando se reciba, se sepa con precisión cuál es el porcentaje para ahorro y cuál el que va para gasto.
Expertos, como Natalia Gallego de la Administradora de Pensiones y Cesantías Protección, sugieren que el porcentaje de ahorro esté fijado entre 10% y 30% del ingreso que se recibe. Este puede variar según la particularidad de cada caso, sin embargo, e incluso más determinante de cuánto se gana, la diferencia está en el cómo se gasta; y, de ahí, la importancia de anticiparse.
En ese sentido, una adecuada planificación y administración de la prima podría constituir, por ejemplo, un buen impulso para seguir completando el monto inicial para una vivienda, el pago de un par de cuotas mensuales de un préstamo hipotecario e, incluso, la financiación de una parte de alguna remodelación que se quiera hacer en el hogar.
Lo importante, cuando viene a planes de comprar casa, es entender que ahorrar la prima no es un esfuerzo aislado. Gracias a los cerca de 120.000 subsidios del Gobierno Nacional que aún faltan por asignar, las bajas históricas en las tasas de interés, las herramientas digitales y la amplia oferta inmobiliaria que se tiene – que es más de 90% susceptible a los subsidios, de acuerdo con Camacol -, cada persona puede ampliar sus ahorros como pocas veces se había hecho en la historia del país.
Con esto dicho, este mes de junio puede ser una gran oportunidad para empezar a administrar los ingresos de una manera más estratégica y conveniente para el largo plazo. Invertir en vivienda, al tratarse de uno de los mayores motores de riqueza que ha creado el ser humano, es un buen camino para proteger las finanzas personales.
En La Haus lo entendemos, por eso tenemos como misión la democratización de la vivienda en América Latina y la compra de vivienda nueva como el camino para lograr este objetivo.
Fuente: https://www.larepublica.co/finanzas-personales/prima-y-vivienda-3188780